“Ese apodo nació en La Plata, no en la Boca como muchos creen”. Francisco Pancho Varallo, una de las máximas leyendas que tiene el fútbol argentino y el único sobreviviente del primer Mundial disputado en 1930 en Uruguay, es quien se encarga de recalcar el origen de su seudónimo cada vez que se le presenta la oportunidad. Hoy cumple 100 años y su nombre retumba en cada rincón de Gimnasia y Esgrima La Plata, como así también de Boca Juniors, ya que en ambas instituciones dejó su nombre grabado a fuego por sus insaciables anotaciones en las redes adversarias.
El barrio de 62 entre 26 y 27, de la ciudad de La Plata, lo vio nacer el 5 de febrero de 1910. Su madre se llamaba Teresa Yantorno, su padre Pedro Varallo y sus dos hermanos menores María Luisa y Julio Roberto. A los 11 años comenzó a sentir atracción por la redonda de cuero, ya que sus tíos lo llevaban a ver los partidos que ellos disputaban. Poco a poco el fútbol, o el football como se decía en aquellos tiempos, empezó a formar parte de su vida. No había nada más importante para Panchito que jugar a la pelota pero contaba con la oposición de sus padres, ya que lo consideraban un deporte “brusco en extremo” y temían que le sucediera algo malo.
«¡Varallo es una garantía!” se podía escuchar en las distintas regiones de la ciudad de las diagonales. Entre los que se fijaron en su persona se encontraban los jugadores de 12 de Octubre: Nicolás Negro Ciarmela y su hermano Domingo, quienes con el paso del tiempo se trasformarían en dos amigos inseparables de Pancho. Ellos fueron los que convencieron a sus padres, junto a dos de sus tíos que pertenecían a la institución, para que su hijo de 13 años integrase las filas de su equipo. En la Cuarta División del club jugó como zaguero derecho, pero sus incipientes subidas hacían que se mezcle con los forwards y por tal motivo sus propios compañeros lo colocaron como insider derecho. Al poco tiempo fue ascendido a Primera División, con tan sólo 14 años, para disputar un partido frente a Muelles y Depósitos. Su equipo ganó 1 a 0 y él convirtió el único gol del encuentro. Sus presencias en el plantel superior ya eran habituales y sus actuaciones iban en ascenso.